El desconocimiento de idiomas es cerrarse al mundo, ya que en este momento nos encontramos en un punto de la historia en que la globalización nos intenta acercar más, con lo cual actuar diferente sería ir contracorriente.
Conocer un segundo lenguaje ha pasado entonces a ser un estándar para el ciudadano global actual, sobretodo cuando el 54% de los europeos promedios conoce 1 idioma extra al menos, 24% 2 idiomas adicionales y 15% 3 lenguas aparte de la nativa según estudio de la Comisión Europea.
Es por ello que para abrir nuestro panorama necesitamos más que nuestro idioma nativo, y allí es donde escoger una segunda, tercera o cuarta lengua es una decisión que definirá nuestros esfuerzos de los próximos meses o años.
Estudiar francés es una opción viable para ampliar nuestros horizontes, incluso si es solamente por tomar una temporada impregnándonos de la cultura y universalidad en la ciudad luz o unas cortas vacaciones en las campiñas francesas, el idioma es un requisito indispensable para poder desenvolvernos mejor en un ambiente tan diferente al nuestro.
No es sólo Francia donde podremos aplicar nuestros conocimientos en el nuevo idioma, pues los países que se consideran francófonos alcanzan las 29 naciones con 11 dependencias, cuya población sumada en total se acerca a los 400 millones de habitantes. Desconocer este idioma es ignorar a una décima parte de la población mundial y cerrarse a una décima parte de lo que el mundo tiene para ofrecer.
Otro punto a favor de aprender idiomas es la búsqueda del conocimiento. La literatura francesa es un mundo de saber y belleza del cual nos estamos privando al negarnos a conocer este idioma. Desde los textos considerados como clásicos con Molière, Camus y Proust hasta la moderna filosofía de Engels o los mundos fantásticos de Dubois, un universo nos espera si sólo sabemos cómo leerlo.
Pero la literatura sólo es una fracción de las artes a las cuales obtenemos acceso cuando conocemos el francés, el mejor ejemplo de ello es el festival de Cannes en la región de los Alpes Marítimos o el museo del Louvre.
Así es que no lo dudes más, pues la habilidad de comunicarse nos abre las puertas en cualquier lugar del mundo y brinda una nueva faceta, hasta ahora desconocida a nuestros ojos.