En las clases tradicionales, el docente habla de manera magistral aproximadamente la mitad de la clase y el resto del tiempo se lo dedican a las actividades complementarias, ejercicios escritos y orales perdiendo tiempo valioso de la clase en ejercicios que se pueden realizar en casa, mientras que en nuestro modelo pedagógico de clase invertida, trabajamos las competencias que requieren del docente como la producción oral, la comprensión oral y explicaciones específicas. Esto nos permite aprovechar al máximo la interacción con el profesor para que nuestros estudiantes empiecen a hablar desde la primera clase.
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